El debate parlamentario sobre la distribución de ganancias empresarias entre los trabajadores generaría un punto de acuerdo entre el Interbloque de izquierda y el bloque oficialista en la Cámara de Diputados. El diputado Héctor Recalde, autor de la iniciativa tan comentada iniciativa gubernamental se acercó a dialogar en estas horas con Eduardo Macaluse (Unidad Popular), quien es impulsor de un proyecto similar, presentado hace meses aunque con menos operación mediática.
Ambos legisladores dialogaron sobre las iniciativas y evaluaron la posibilidad de unificar posturas de cara a un posible dictamen, tal cual ocurrió en el caso de Papel Prensa. Estos acercamientos se dan en un contexto de fuerte rechazo de la propuesta por parte de las cámaras patronales y como así también de sectores conservadores tanto del peronismo como de la oposición de derecha.
La idea de distribuir ganancias entre los trabajadores no es nueva. Más allá de que está presente en la Constitución Nacional en su artículo 14 bis, a principios de año el diputado Macaluse presentó un proyecto sobre el tema. Sin embargo, la cuestión despertó preocupación entre las cámaras patronales cuando Recalde, con el aval de la CGT y el oficialismo, dio curso a su iniciativa, que en el fondo no difiere demasiado de la propuesta de la propuesta previa de Macaluse, ligado a la CTA.
"Hablé con Macaluse con la intención de coincidir en los aspectos centrales del proyecto, ya que el punto central es que logremos la implementación de un derecho constitucional. Por eso no hay inconvenientes en modificar la propuesta original", aseveró Recalde.
La iniciativa del representante de la CGT estipula que los primeros en distribuir el 10 por ciento de sus ganancias serán las grandes empresas. Sin embargo, después de un período de tres años, los efectos de la normativa se harían extensivos a todas las empresas, pequeñas y medianas incluidas. En cambio, la iniciativa de Macaluse excluye a las pymes del régimen propuesto.
"Según lo conversado con Recalde, las pymes podrían quedar afuera de la iniciativa. Hablamos en un pasillo, pero eso bastó para dar a entender que hay posibilidades de llegar a un proyecto común", indicó el legislador de la Unidad Popular.
Ambas iniciativas proponen el control de los libros contables y las utilidades de cada compañía. La diferencia radica en que la iniciativa de Recalde establece la creación de un Consejo Nacional de Participación Laboral integrado por representantes del Estado, las empresas y los sindicatos, cuyo titular sería elegido por el Poder Ejecutivo. En cambio, el proyecto de Macaluse fija que dicho consejo debería ser elegido por los trabajadores de cada empresa o grupo económico.
"Es bueno que se discuta. Y además es justo. Esta es una iniciativa que puede incrementar la productividad, sumado a la posibilidad de que los trabajadores controlen si la empresa evade al fisco o no. Creo que ése es el principal temor y rechazo por parte del mundo empresarial", señaló Macaluse. La iniciativa se discutirá en comisión recién el próximo 2 de noviembre. "No importa cuándo se trate en el recinto. Lo importante es avanzar en el debate", agregó Recalde.
El acercamiento entre el oficialismo y el centroizquierda no es casual. Tampoco lo fue en el caso del proyecto sobre Papel Prensa. "Las empresas suelen compartir las pérdidas con los trabajadores pero no las ganancias. Debemos ser consecuentes y respaldar a los trabajadores", concluyó Macaluse.
La iniciativa del representante de la CGT estipula que los primeros en distribuir el 10 por ciento de sus ganancias serán las grandes empresas. Sin embargo, después de un período de tres años, los efectos de la normativa se harían extensivos a todas las empresas, pequeñas y medianas incluidas. En cambio, la iniciativa de Macaluse excluye a las pymes del régimen propuesto.
"Según lo conversado con Recalde, las pymes podrían quedar afuera de la iniciativa. Hablamos en un pasillo, pero eso bastó para dar a entender que hay posibilidades de llegar a un proyecto común", indicó el legislador de la Unidad Popular.
Ambas iniciativas proponen el control de los libros contables y las utilidades de cada compañía. La diferencia radica en que la iniciativa de Recalde establece la creación de un Consejo Nacional de Participación Laboral integrado por representantes del Estado, las empresas y los sindicatos, cuyo titular sería elegido por el Poder Ejecutivo. En cambio, el proyecto de Macaluse fija que dicho consejo debería ser elegido por los trabajadores de cada empresa o grupo económico.
"Es bueno que se discuta. Y además es justo. Esta es una iniciativa que puede incrementar la productividad, sumado a la posibilidad de que los trabajadores controlen si la empresa evade al fisco o no. Creo que ése es el principal temor y rechazo por parte del mundo empresarial", señaló Macaluse. La iniciativa se discutirá en comisión recién el próximo 2 de noviembre. "No importa cuándo se trate en el recinto. Lo importante es avanzar en el debate", agregó Recalde.
El acercamiento entre el oficialismo y el centroizquierda no es casual. Tampoco lo fue en el caso del proyecto sobre Papel Prensa. "Las empresas suelen compartir las pérdidas con los trabajadores pero no las ganancias. Debemos ser consecuentes y respaldar a los trabajadores", concluyó Macaluse.
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